Ahora, por fin, hemos comenzado a mejorar
RAMÓN FLECHA
Hay muchos datos que demuestran que, hasta hace poco, los resultados
educativos en España estaban empeorando y que recientemente han
comenzado a mejorar. Por citar solo los más referenciados en los medios
(PISA), la evolución en comprensión lectora ha sido: 493 (2000), 481
(2003), 461 (2006) y 481 (2009). Desde las evidencias de la comunidad
científica internacional, están perfectamente claras las causas de esa
inversión de tendencia que abren una gran esperanza de mejorar todavía
mucho más en el próximo futuro.Hasta hace poco, la educación se ha basado en España en las ocurrencias de determinados catedráticos que eran casi siempre contrarias a las evidencias científicas. Tomando una comparación muy usada en Bruselas, el efecto ha sido parecido al que se produciría en los hospitales españoles si en lugar de aplicar los tratamientos demostrados como más eficaces por la comunidad científica internacional, se aplicaran los ideados por individuos que están totalmente al margen de esa comunidad. El discurso educativo ha estado dominado aquí por personas muy famosas en los medios de comunicación nacionales y en los Gobiernos de todos los colores, pero a quienes nadie conoce más allá de los Pirineos.
La exigencia internacional de evaluar y mejorar los resultados ha sido una de las claves de la inversión de tendencia. Ya no sirven disculpas (como que lo importante son los procesos y no los resultados) que antes imponían los negociantes de ocurrencias desde las cátedras, la prensa y los asesoramientos a los Gobiernos. La otra clave ha estado en la actual reforma meritocrática de las universidades españolas que sustituye al anterior sistema feudal de selección y promoción de su profesorado. Ahora ya tenemos trabajando en ellas a las personas doctoras en educación por Harvard o Wisconsin que antes eran vetadas por los catedráticos mediocres que eran famosos aquí.
La dimensión de esa mejora de resultados no va a depender fundamentalmente de qué opción política gobierne, sino del grado de intensidad en la sustitución de las ocurrencias que todavía quedan por las actuaciones de éxito. En otras palabras, va a depender de la rapidez con que la prensa y los Gobiernos vayan sustituyendo a los ocurrentes por las y los miembros de la comunidad científica internacional que ya tenemos en España.
Ramón Flecha es catedrático de la
Universidad de Barcelona e investigador principal de Included, el único
proyecto del Programa Marco de Investigación de la Comisión Europea
sobre educación escolar.
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